martes, 23 de julio de 2013

Cómo Hablar en Público

Hablar en público es un ejercicio que habitualmente provoca reacciones muy diversas. Lo que está claro, es que en la mayoría de las ocasiones, hablar en público no deja indiferente y suele acarrear pensamientos como:

“Vamos allá. Faltan cinco minutos, pero ya hay mucha gente en la sala. Creí que iban a ser menos. Hace bastante calor aquí. Y el director del departamento al fondo... Vaya hormigueo en las piernas. Y las manos; sólo faltaba que me empezaran a sudar. En fin, voy a ir abriendo la cartera, para hacer tiempo. Espero comenzar bien, no puedo quedarme en blanco de ninguna forma. Bueno, ya han cerrado las puertas. Qué silencio...”

Lo anterior es un ejemplo de la situación incómoda que viven casi todas las personas cuando se enfrentan a hablar en público o exponer un tema delante de su departamento.

Existen varios factores que intervienen a la hora de manejar estas situaciones:

Factores cognitivos (pensamientos): Este es el aspecto fundamental. Debemos entender que la emoción que sentimos en la mayoría de ocasiones depende de nuestra interpretación de esa situación. Así, si ante una charla en público mis pensamientos son: “Tengo que hacerlo perfecto, no puedo quedarme en blanco, debo gustar a todo el mundo, nadie debe notar que estoy nervioso bajo ningún concepto, esto es horrible...”, nuestra ansiedad se disparará. Si, en cambio, provoco un pensamiento del tipo: “Es normal estar algo nervioso antes de hablar en público; sé mucho más del tema que voy a explicar que mi audiencia; si no sé la respuesta a alguna pregunta que me hagan siempre puedo comprometerme a resolverla posteriormente...” mi ansiedad se reducirá notablemente.

Factores Fisiológicos: Sudoración, sensación de hormigueo, temblores, respiración rápida o dificultada, tensión muscular... Se pueden emplear varios medios para reducir la ansiedad. Los más comunes son ejercicios de relajación muscular y de control de la respiración.

Factores Conductuales: Pueden darse tartamudeos, gestos de inquietud, tono de voz bajo, vacilaciones, risa nerviosa, inexpresividad, tics... Sin embargo, la conducta más dañina es la evitación o el escape de la situación. Por ejemplo, poner una excusa para no hablar en público. Esta conducta agrava, generaliza y cronifica el problema, puesto que nuestro organismo estará aprendiendo que es una buena estrategia para aliviar la ansiedad y tenderá a emplearlo nuevamente.

Hablar en público es una habilidad muy valorada en muchas de las empresas sobre todo dependiendo del cargo que se ostente, a veces no es tanto dirigirse a un público muy amplio, sino dirigirse a un público importante (presentación de proyectos y trabajos a clientes, jefes, presentación de resultados finales, etc.), por eso es conveniente intentar superar estos miedos y controlarlos para poder desarrollar mejor nuestro trabajo.

Para más información pueden consultar nuestros cursos para hablar en público.


lunes, 8 de julio de 2013

Asertividad como estilo de Conducta en el Trabajo

Las relaciones con los demás forman parte de uno de los estresores cotidianos más significativos: el estrés interpersonal. Moviliza fácilmente nuestras emociones y nos afecta tanto en el trabajo como fuera de este, con familiares, amigos o vecinos. Pues bien, la Asertividad será una de las mejores estrategias para conseguir un mejor manejo de nuestros acontecimientos sociales.

La Asertividad, nos ayudará a mejorar nuestras habilidades sociales el conocer los diferentes estilos de comunicación y sus consecuencias en nuestro entorno social. Podemos diferenciar 3 estilos de comunicación: el estilo agresivo, el estilo pasivo y, finalmente, el estilo asertivo.

El estilo Agresivo: La conducta agresiva viola los derecho de los demás a ser tratados de manera no ofensiva. La persona agresiva utiliza amenazas y comentarios hostiles o humillantes. Pero no se confunda, una fina línea separa la conducta agresiva de la no agresiva: una mirada, un gesto o un tono alto pueden significar una ofensa. Las consecuencias negativas de utilizar este estilo de comunicación es que deterioran drásticamente las relaciones con los demás. Es difícil conservar a los amigos siendo agresivos con ellos.

El estilo Pasivo: La persona ‘pasiva’ pretende evitar conflictos con los demás. Quiere agradar a todo el mundo. Encuentran difícil decir "no" o pedir ayuda. Suelen presentarse como abiertos y tolerantes, pero su cortesía les acaba conduciendo a unas relaciones sociales poco cálidas y distantes. Suelen darse conductas como la evitación de la mirada, un patrón de habla vacilante, un bajo volumen de voz, posturas corporales tensas, movimientos inapropiados o nerviosos, así como la posición apartada del grupo. La persona “pasiva” no respeta sus propio derecho a expresar lo que siente, piensa u opina, de manera que difícilmente conseguirá los resultados deseados. A menudo estas personas se sienten incomprendidas, no tomadas en cuenta y manipuladas.

El estilo Asertivo: La persona Asertiva es el punto intermedio entre los dos estilos anteriores: trata de conseguir sus objetivos en las situaciones sociales pero respetando a la otra persona y sin dañar a la otra persona. El mensaje básico de la aserción es: Esto es lo que yo pienso. Esto es lo que yo siento. Así es como veo la situación.

La persona que actúa asertivamente tiene altas posibilidades de conseguir sus objetivos y conservar la buena relación con su interlocutor, además, generalmente se siente mejor por haber sido capaz de expresar sus opiniones de manera adecuada.

Para conseguir ser asertivo, le proponemos que parta de una sencilla fórmula que puede utilizar en sus conversaciónes: “Entiendo que... pero me gustaría que...”. Por ejemplo: “Entiendo que no se pueden calcular algunos imprevistos, pero me gustaría que en el futuro fueses puntual a las reuniones.”