jueves, 30 de junio de 2011

DECÁLOGO PARA LA PREVENCIÓN DEL ESTRÉS

El estrés forma parte de nuestra vida cotidiana, lo hemos experimentado en diversidad de ocasiones, ya sea soportando frenéticas discusiones laborales o familiares, llevando a cabo una charla en público o examinándonos para obtener el permiso de conducir. Quizás lo hayamos manifestado de otra forma, con otros términos: nerviosismo, ansiedad, miedo o tensión. Sea como sea, nos estamos refiriendo al estrés.

En esta hoja informativa, queremos proponeros un decálogo de las principales herramientas para enfrentarse al estrés con éxito. Revisad cada una de ellas y cuestionaros vuestra posición con respecto a cada punto. Muchos de estos consejos sugieren cambios de conducta que deberíais incorporar a vuestro repertorio de acciones diarias para prevenir y combatir el estrés:

1. Hazte con algún libro sobre el estrés: Conocer mejor el estrés es un paso importante para aprender a manejarlo. El término estrés ha sido excesivamente utilizado para fines publicitaros y coloquiales, de manera que el concepto que muchas personas pueden tener del mismo, poco tiene que ver con su definición científica. Recuerda que no podemos enfrentarnos a aquello que desconocemos.

2. Descubre tus estresores: Para hablar de estrés debe existir un estresor. Los estresores serían las situaciones que llegan a estresarnos. Pues bien, a veces no es fácil detectarlas. Ponte ante una hoja en blanco e intenta identificar los principales estresores de tu vida diaria.

3. Practica la relajación: Te será fácil hacerte con alguna de las variadas técnicas existentes para aprender relajación. Dominar la relajación es una excelente estrategia para reducir la respuesta de tu organismo ante el estrés.

4. Ejercicio regular: Tu organismo es el que tendrá que soportar las reacciones estresantes. Si la respuesta de estrés se encuentra con un organismo saludable y equilibrado lo tendrá más difícil para perjudicarte. Mantente en forma.

5. Cuida de tus sueños: Un sueño reparador es fundamental para que nuestro organismo cuente con los recursos suficientes para enfrentarse a los acontecimientos diarios.

6. Ordena tu vida: Tu mente necesita saber qué se espera de ella en cada momento. Si guardas un orden entre el trabajo y el ocio, entre el sueño y la vigilia y en cualquier faceta de tu vida, tu mente se sentirá más relajada.

7. Potencia la desconexión: Son muchas las ocasiones en las que nos encontramos pensando en problemas para los que estamos seguros de no poder encontrar una solución. Intentar desconectar de esas preocupaciones a través de la distracción activa. Inicia una actividad que te mantenga alerta y te será muy difícil pensar en otras cosa.

8. Mantén tus zonas de estabilidad: Los "hobbies" y las actividades que se hacen por puro placer son las primeras que eliminamos cuando andamos agobiados y con muchas preocupaciones. Intenta conservar esas zonas de estabilidad y no cedas a la primera

9. Tu eres tu principal enemigo: En la mayoría de ocasiones, las demandas y exigencias que nos hacemos a nosotros mismos son la principal fuente de estrés: "Quiero que mis hijos vayan a una escuela privada", "Necesito un coche para hacer excursiones por la montaña", "Si tuviera una casita para pasar los fines de semana se acabarían mis problemas de estrés",  "Si no consigo hacer ese master nunca triunfaré a nivel profesional".

10. "NO": Hay ocasiones en la vida en las que tenemos todo el derecho y debemos negarnos a ciertas cosas. Para muchas personas negar algo a alguien es una acción muy difícil de llevar a cabo. Si no somos capaces de decir "no", nos encontraremos indefensos ante muchas situaciones cotidianas.



J. Miquel Casas Hilari
Behavioural Healthcare Consulting

LOS TRASTORNOS DEL ESTADO DE ÁNIMO CUESTAN 750 MILLONES DE EUROS ANUALES EN ESPAÑA


De acuerdo a un informe publicado por la escuela de negocios London School of Economics, la depresión y los trastornos por ansiedad cuestan al Reino Unido 17.000 millones de euros cada año, dónde hay más personas de baja por trastornos emocionales que el número total de parados. En Estados Unidos, la Fundación Americana de Prevención del Suicidio calcula un coste de 51.000 millones de dólares debido a la pérdida de productividad y 26.000 millones de dólares adicionales en tratamiento médico para personas que sufren depresión crónica. 

En España el coste total de los trastornos depresivos y por ansiedad se estima en 750 millones de euros anuales, excluyendo el impacto en la productividad.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la causa principal de discapacidad. En España afecta a uno de cada 10 personas y está creciendo principalmente en edades productivas. Esto supone un gran coste para las economías nacionales y una reducción considerable en el rendimiento económico de las empresas, en contraste con las enfermedades cardíacas que afectan a una edad más avanzada. Así, la London School of Economics propone implementar psicoterapia en las empresas.
 
 No obstante, la psicoterapia puede limitar la carrera profesional. La mayoría de personas no le diría a su jefe que está sufriendo dificultades mentales o emocionales, por miedo a que serán vistos como no aptos. En cambio es mejor ausentarse del trabajo por problemas más tangibles como resfriados, dolor de espalda o incluso por estrés. Esto supone un círculo vicioso, pues estrés prolongado desemboca en depresión. ¿Qué puede hacerse para reducir el estrés innecesario y negativo en el lugar de trabajo? La solución más reciente y popular es la conciliación, la flexibilidad horaria, clases de yoga o guarderías de empresa. Las medidas de conciliación permiten a los empleados equilibrar sus responsabilidades en el lugar de trabajo con sus compromisos familiares y acoplarse mejor a sus necesidades.

Pero si al jefe no le gusta, por ejemplo, que su subordinado vaya a yoga, cuando éste acuda a su clase, se pasará 30 minutos respirando mientras piensa en cómo su jefe desconfía de ella.

La conciliación es a menudo malinterpretada. En el lugar de trabajo hay un lugar para el estrés, para un estrés positivo que implica enfrentar, solucionar, y crecer con los retos naturales planteados por el trabajo, confiando en que trabajando en equipo se es capaz de superar los obstáculos con éxito.

Las mejores organizaciones son conscientes de su responsabilidad social y financiera para manejar y equilibrar el estrés positivo y negativo. Las compañías que reconocen ésto y actúan en consecuencia presentan niveles de absentismo significativamente inferiores, responden con más rapidez a las demandas del mercado y disfrutan de mejores relaciones con sus clientes. El camino para conseguirlo es único para cada organización, pero existe un tema común y universal: la confianza.

Cuando no existe confianza en el lugar de trabajo, es fácil sentirse negativo, a la defensiva, y en última instancia deprimido. Con confianza, es natural sentirse abierto, comprometido, preparado para afrontar los retos y lo más importante: feliz. Según el artículo 4 del Estatuto de los Trabajadores, las empresas deben «asegurar la integridad física y psicológica de los empleados y el respeto a su bienestar emocional».

Por lo tanto, es responsabilidad de las personas que dirigen organizaciones y gobiernos reflexionar sobre qué hacer para crear un clima de confianza dónde el valor del estrés es positivo. 


Por: Montse Ventosa
Directora de Great Place to Work